Los errores imperdonables que cometí al crear mi primera lista de correo

El ansia por tener suscriptores y triunfar cuanto antes nos hace cometer errores imperdonables a la hora de crear nuestra lista de correo.

Errores que nos van a lastrar y que yo misma cometí cuando creé mi primera web.

¿Quieres saber cuáles son? Pues quédate conmigo y te lo cuento para que no te suceda como a mí.

 

No pretendas crear una lista de correo demasiado rápido

Ese es el peor de los errores que cometí.

Había oído maravillas de esa cosa llamada “newsletter” cuando creé mi primer blog. Los guiris se atrevían hasta a decir que “el dinero está en la lista”

Eso debía ser maravilloso y yo debía tenerlo en mi web también, porque era una web moderna y estaba a la última en todo.

Me monté una lista. Hasta 1000 seguidores era gratuita.

Y nada a esperar a que se apuntara la gente.

Pasaban los días y ahí no se suscribía nadie.

Una de mis webs de temática medio relacionada tenía un foro, que en aquella época, por cierto, tener uno era tener tecnología punta.

Tengo que aclarar que en aquel tiempo aun ni se había inventado la carpeta spam en el correo electrónico ni había leyes que regularan estos temas.

Pues bien, añadí a mi lista a los miembros del foro.

Entre correos muertos, gente que ni lo abría y otros tantos que ni le interesaba, cree una lista voluminosa pero nadie me leía porque no les interesaba.

Cuando la cifra de zombies empezó a acercarse a los 1000 me hizo pensar. ¿Para qué quiero a tanto suscriptor si pasan de mí?

Entonces empezó mi odisea por deshacerme de ellos. Y fue complejo porque no se podían borrar los suscriptores de golpe si no te borraban la lista.

Al final no me quedó otra que crearme otra lista y empezar de cero.

Conclusión: Perdí un montón de tiempo y todo para que se fuera a la basura.

Así que no suscribas a nadie que no esté 100% relacionado e interesado con lo que haces. Se que es tentador añadir tu lista de clientes, o esas personas que conociste en tal evento que piensas seguro que le interesaría recibir tu newsletter, ni amigos, ni nadie.

Recuerda la regla número uno del newsletter los buenos y sabrosos suscriptores se agregan ellos solitos.

 

Con tu permiso, ¿me das tu email?

Seguía enrolada en mi aventura de crear una lista de correo tan maravillosa y efectiva como había oído hablar.

Por aquel entonces los guiris hablaban de marketing de consentimiento. Es decir, que antes de que alguien se suscribiera a mi lista debía darme su permiso.

Si nadie se suscribía a mi lista en ese momento si encima me debía dar el permiso ya ni te cuento.

Eso del permiso consiste en que cuando se suscribían a mi newsletter luego debían ir a su email a confirmarlo.

Hoy en día algo normal pero por aquel entonces un rollo.

Pues nada, como por probar poco podía perder…

¿Quieres saber el resultado?

La gente que se suscribía leía mis envíos. Eran pocos pero les interesaba lo que yo tenía que decir. ¡Al fin! Bendito marketing de consentimiento.

 

Un regalo a cambio de tu correo

Ya tenía lectores pero muy pocos. Debía aumentar mi lista de seguidores más rápido.

¿Qué es lo que hice?

Ir a ver que decían los guiris al respecto. Al fin y al cabo ya me funcionó eso del marketing de afiliación, así que otro consejo no estaría nada mal.

Ellos contaban que la gente era muy perezosa y que rellenar formularios para suscribirse al newsletter les echaba muy para atrás.

Así que si quería aumentar el número de suscriptores, les tendría que dar algo a cambio. Pero no cualquier cosa, algo que quisieran o necesitaran.

Así que creé un emagazine para que se descargaran los que se suscribieran.

Y evidentemente tendría que anunciarlo a bombo y platillo por la web.

¡Volvió a funcionar! Empezaron a venir más suscriptores.

 

Construyendo un newsletter de manera un poco más agresiva

Aún necesitaba más. Un empujón más fuerte para tener un goteo fuerte y constante de seguidores.

Entonces me hablaron del uso del pop up.

Me pareció fatal muy intrusivo. Además mi acto reflejo en el pasado cuando me saltaba un pop up era cerrarlo sin leer nada.

Siempre había sido usado por spammer por lo menos en un pasado.

Pero los guiris se les llenaba la boca con esa palabra: POP UP.

En fin, las anteriores veces que les hice caso acertaron.

• ¡Probemos a ver qué pasa!

Estaba convencida que esta vez fallarían.

No hizo falta ni un día para ver como aumentaba el número de suscriptores. Funcionaba y muy bien por cierto.

Mi lista crecía y crecía.

¡Ahora sí que lo había conseguido!

 

8 errores imperdonables que no te puedes permitir al crear tu lista de correos

Vamos a recapitular. Estas son las lecciones que aprendí:

+ Promociona y muévete por sitios donde se encuentres posibles lectores o clientes muy interesados en lo que hablas u ofreces

+ No te precipites. Mejor lento y poco a poco que demasiado rápido.

+ Sin duda es mejor la calidad que la cantidad.

+ Haz que tus suscriptores te den su expreso consentimiento. Cumplirás con la ley, a la vez que aumentarás el número de gente que abre tus newsletters.

+ No envíes publicidad en tus newsletters, ni intentes vender algo descaradamente.

+ No hables de ti en tus newsletters y habla más de tus lectores (sus necesidades, inquietudes, cosas que quieran saber o aprender)

+ Se generoso y regala algo a cambio de su email

+ No tengas miedo a probar cosas nuevas. Es más debes hacerlo, así que no te estanques. Recuerda que siempre puedes volver a hacer las cosas como las hacías.

 

Hablemos de cosas de las que nos arrepentimos, ¿Cuál es el peor error que cometiste al crear tu lista? Porque tienes una lista de correo, ¿verdad? Déjame un comentario y cuéntamelo todo.

¡Nos leemos¡

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